Cali, Colombia a finales del siglo pasado. Dos compañeros universitarios, recién egresados de Ingeniería Electrónica, se divertían desarrollando páginas web como empleados de una compañía de acceso a Internet llamada Telesat.
Estos chicos, Lucio Pérez y Alex Rhomandt, tenían además otras aficiones: Lucio había sido integrante de una banda de rock en su época universitaria. Alex era conocido como «el mago», no solo por su gran talento haciendo actos ilusionistas, sino también por su lado místico, además de que era un gran bailarín.
El primer contacto
Un día, como cualquier otro, Alex llegó sonriente a la oficina de Lucio y le dijo:
– Bujía, vení ve, te leo el I Ching. («Bujía» era como cariñosamente apodaban a Lucio en la oficina).
– El I Ching ¿Y qué es eso pues? – respondió Lucio, con su acento pastuso. (Pasto es una ciudad que queda bastante cerca a Ecuador y por ello el acento de su gente es muy diferente a los demás acentos de Colombia).
– Luego te explico, solo sacá tres monedas, asignale el 2 a un lado y el 3 a otro lado, y lanzalas seis veces, haciendo cualquier pregunta de lo que querás saber de tu vida.
Lucio siguió las instrucciones de Alex, quien iba sumando los valores de los seis lanzamientos, y entonces abrió un viejo libro de páginas amarillentas y de autor desconocido (hasta la fecha se desconoce el autor de dicho libro), ojeaba entre varias de las páginas, buscando lo que necesitaba y, finalmente, en un papel escribió la respuesta a la pregunta que Lucio había hecho en su mente.
Lucio, quien en aquella época era alguien racional y muy escéptico a todos estos temas adivinatorios, leyó la respuesta y quedó bastante sorprendido por su gran precisión. De modo que la curiosidad lo asaltó y le preguntó a Alex cómo había obtenido la respuesta del libro, teniendo como único insumo los valores de los seis lanzamientos.
Alex entonces le explicó el método para obtener el primer hexagrama, las líneas móviles y el hexagrama complementario, a partir de simplemente seis valores.
Cuando Lucio entendió el procedimiento, su mente de programador le dejó saber que eso se podía automatizar y le propuso a Alex crear la versión virtual del I Ching y publicarla en la web.
Alex se entusiasmó mucho ante esa posibilidad y expresó:
– «¡Marica, ¿en serio?! ¡¡El I Ching es un libro milenario! ponerlo en Internet al alcance de todo el mundo sería una chimba!». (La expresión «una chimba» en jerga caleña significa: «extremadamente fabuloso»).
El Desarrollo
Lucio le encargó entonces a Alex de transcribir los textos del libro a formato digital, mientras él se encargaría de diseñar y codificar el algoritmo, utilizando lenguaje PERL para ello.
En las semanas siguientes ambos chicos hicieron sus respectivas labores, además de innumerables pruebas para comprobar que el resultado del software era exactamente igual a la consulta manual sobre el libro, y así, en un mes de noviembre de 1998, se publicaba por primera vez en el mundo hispano de Internet, la versión virtual del I Ching, accesible en: www.telesat.com.co/iching
Los primeros usuarios fueron los empleados y clientes de Telesat, y poco a poco se fue extendiendo su uso en la comunidad local de manera totalmente orgánica. (En esa época no existía Google, ni mucho menos técnicas de SEO)
En los meses siguientes, tanto Lucio como Alex, dejaron dicha compañía para avanzar en sus labores profesionales por diferentes horizontes. El I Ching, así como muchos otros desarrollos web, quedaron atrás para ellos.
7 años después, en el 2005, Telesat fue comprada por otra empresa llamada Coldecón, con el consecuente cambio de directivas y empleados.
El Reencuentro
Corría el año 2008, por diferentes situaciones ocurridas en su vida, Lucio había comenzado su camino de búsqueda espiritual, y frecuentaba algunos foros en Internet donde se compartía enseñanzas místicas. En aquella época las redes sociales estaban aún en pañales.
Fue una grata sorpresa para él enterarse que varios de los participantes de dicho foro, mayoritariamente gente de España, eran asiduos usuarios del I Ching que aún funcionaba en la dirección: www.telesat.com.co/iching, aunque ningún otro sitio funcionaba bajo ese dominio.
Aunque muchos de ellos no le creyeron a Lucio cuando él les comentó que ése famoso I Ching había sido creado por él y un amigo, para él significó un re-encuentro con el I Ching ahora que su nivel de consciencia era otro. Recordó con alegría cómo fue que vio la luz, y entonces, reparó en que el dominio telesat.com.co podía desaparecer en cualquier momento, ya que él sabía que Telesat había sido adquirida por otra empresa.
Se puso en contacto entonces con el personal técnico de Coldecón, y solicitó acceso a los archivos (html y scripts) del I Ching. Para demostrar que él era el desarrollador de ese sitio, les solicitó a los nuevos administradores que miraran en el código fuente y ahí encontrarían su nombre escrito (Lucio acostumbraba siempre a colocar su nombre y su email al inicio de todos los programas que desarrollaba).
Gracias a ese detalle pudo recuperar las fuentes del I Ching y decidió entonces comprar un nuevo dominio: oraculochino.org, re-escribió el código en lenguaje PHP, y le agregó algunos banners de AdSense con miras a que el I Ching fuera auto-sostenible, es decir, capaz de pagar su propio hosting y dominio.
Sin embargo, los ingresos vía AdSense eran muy pocos, no alcanzaban a cubrir el valor del hosting, así que se dispuso un botón de donaciones vía Paypal, lo cual tampoco tuvo mayor efecto. Agradecemos, no obstante, a las 3 o 4 personas que amablemente donaron algo de dinero en aquella época.
Curiosamente, al poco tiempo, Alex notó que el I Ching había cambiado de dirección y tenía banners publicitarios, y escribió a través del link de contacto de la web para ver quién estaba detrás de dichos cambios. (Lucio y Alex habían perdido contacto hace años). Cuando Lucio le respondió y Alex se dio cuenta de que estaba en manos de su compañero de universidad, la tranquilidad llegó y entonces aprovechó para darle unos retoques en el diseño gráfico, aunque luego de ello, debido a sus múltiples ocupaciones, ya no siguió involucrado en su administración.
La Salvación
Al cabo de unas cuantas semanas ocurrió algo inesperado. La empresa Coldecón quebró sin aviso previo y dejó de prestar sus servicios abruptamente, dejando a miles de clientes sin acceso a su correo y a sus sitios web. (ver archivo de la noticia aquí)
Aunque parezca ficción, esto nos dejó saber que el mismo I Ching, consciente de lo que iba a pasar, creó las circunstancias para que sus desarrolladores lo re-encontraran y lo pusieran a salvo con un nuevo dominio y hosting. De lo contrario hubiera desaparecido como sucedió con tantos otros buenos sitios creados originalmente en Telesat, como el portal caliescali.com por ejemplo.
A partir de entonces (2009) el I Ching ha reposado tranquilamente bajo el dominio oraculochino.org sirviendo a miles y miles de personas en toda hispanoamérica.
En algún momento, Lucio intentó expandir su alcance a personas del mundo anglosajón, desarrollando la versión en Inglés, sin embargo, la respuesta del público a dicha versión fue poca. Todo apunta a que esta web está destinada a apoyar principalmente al público hispano.
De Cara al Futuro
En 2017 Lucio emigra a los EEUU, lugar en el que pudo volver a contar con tiempo para atender al I Ching, puliendo algunos detallitos, y vio que ya no era viable seguir manteniendo un desarrollo de 20 años de antigüedad, así que comenzó a planificar su rediseño; hasta que finalmente, en Noviembre de 2019, oraculochino.org renace con un desarrollo acorde a las tecnologías web propias de esta época, cuando más del 80% de nuestros visitantes lo consultan desde su smartphone.
Nota final: Aunque actualmente existe una app para Android que se llama «oraculo chino», aclaramos que no tiene ninguna relación con este sitio.
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